miércoles, 26 de diciembre de 2012

Hipocrático

El doctor se acercó con su diagnóstico. "La operación fue todo un éxito, tuvimos que removerle algunos quistes de grasa en el área abdominal, pero en general todo salió bien". El rostro de paz que mostró el interlocutor daba al médico motivos para saber que su profesión era satisfactoria del todo. Sin embargo no es sencillo, pues hay buenas noticias, pero también las hay malas. Salvar vidas era todo lo que podía pedir, pero ¿qué sucede en el momento en el que algo erróneo sucede y en lugar de cumplir su misión se encuentra uno buscando la forma de evitar lo inevitable? Finalmente, ¿no todos tenemos el mismo destino? Morir es algo natural, sobretodo cuando los casos son terminales y a veces es mejor darle paz a un alma que obligarle a continuar de forma artificial. Sin embargo, todas las personas somos egoístas en cierto modo y desgraciadamente preferimos mantener vivo a un ser querido que practicarle la eutanasia. Es más ético hoy en día conectar a cientos de miles de máquinas o propinarle una serie de medicamentos que terminar con alguna vida. Preferimos gastar todo el dinero del mundo por mantener una ilusión, aquella que nos dicta que la persona que tenemos a nuestro lado seguirá eternamente con nosotros. Le tememos a la muerte, pero aún peor, le tememos más a la vida sin aquél ser querido. Ellos no sufren, pues han pasado a otro estado, pero nosotros debemos de superar una pérdida. Somos seres a los que les disgusta el cambio. Pero la muerte es parte de la vida, y sin ella no podríamos continuar. Es un ciclo natural, pues la materia y energía que hoy somos eventualmente deberá ser usada nuevamente para una nueva vida. Y al final, después de reflexionar sobre esto, y volver a ver el rostro de tranquilidad de a quien se dirigía, notó que finalmente se había equivocado: "Disculpe señora, me he equivocado, su paciente aún no entra al quirófano".

martes, 25 de diciembre de 2012

Lo odiaría más

No quiero que pienses que el decirte que odio mi soledad es para obligarte a acompañarme. Odiaría más tener una falsa compañía que seguir en mi estado.