lunes, 26 de enero de 2009

Horizonte sin estrellas

Estar en ese horizonte sin estrellas
Del saber qué quieres y no saber cómo lograrlo
Del tomar la ruta equivocada y pensar que has hecho lo correcto
De basar tu vida en decisiones no acertadas
De vivir sin vida en ocasiones no esperadas
Superar el reto, hacerte más fuerte
Hacerte notar de entre los débiles
Hacerte crecer entre los presuntuosos
Ver que hace tiempo dijiste que te reirías
Reír del hace tiempo que sufrías
Notar como el quejido fue siempre en vano
Destacar que todo lo que te propusiste fue siempre alcanzado
Y permanecer en el horizonte sin estrellas
No saber a dónde virar el volante
No conocer la ruta que deseas seguir
Perseguir la meta tan distante y la distancia tan perseguida
Caminar por donde ya se ha caminado
Así es vivir sin tener en claro tu objetivo
Saber que al dar un paso lo das tan cautelosamente que te caes
Inundar el suelo con gotas provenientes de tus ojos
¿Lágrimas? Negarlas
¿Llanto? Decir que nunca sucedió
Pero por dentro estallas de rabia cuando te dicen la verdad
Por dentro quieres asesinar a quien te hizo notar tu actitud jodida
Porque te mantuviste ahí donde las sombras permanecen
Nunca encontraste esa luz guía que te orientara
Y ahora no te arrepientes, piensas que todo fue una broma
Mala jugada del destino que sin embargo te traicionó
Te da una puñalada por la espalda y tú ríes
Te mantienes fijo en la convicción de que mañana todo será distinto
Vives el día a día pensando que mañana cambiará
Y el mañana nunca llega porque se convierte en hoy
La decisión la tomas hoy
Te levantas hoy, comes hoy, vives hoy
Y es seguro que si no sales hoy, no sales
Por eso hoy debes de salir del horizonte sin estrellas

viernes, 9 de enero de 2009

Carta a la soledad

A veces quisiera no haberte conocido,
otras tantas quisiera haberlo hecho antes.
Esto sucede tan a menudo que no sé si es el paso de los días,
eternos espectadores del microcosmos que denominamos humano,
aquél que me ha conducido a la locura del "te amo".
Y es que las hay, ocasiones sin sentido, en las que siento que estás,
pero no te encuentro en los abismos de mi sentir.
Y son esas mismas cuando me demuestras que ahí estuviste
desde mi nacer, mi vivir, mi renacer.
Aquellos días en los que la caricia de tu mano me emergía de la nada,
aquellos días en los que un beso se traducía en mi gloria,
esos mismos en los que la vida se basaba en dos palabras,
y su ausencia me daba vuelcos en el estómago.
El día de ayer me levanté recordando quien eres,
fue de esos días nevados donde nada tiene sentido,
donde el blanco atardecer de las montañas me refleja tristeza
y tu ausencia me hace denotar que la vida me jugó una mala broma.
Debo aceptar que me sentí desconcertado de encontrar
que no eras tú en esta ocasión la que me hizo sacar una lágrima,
debo de aceptar que fue el recuerdo de tu ser, sí
pero en realidad era más el temor a que sucediera nuevamente lo que no deseo.
Esta carta simplemente es para despedirme de ti.
Para agradecerte el haberme dejado en medio de la nada,
A tu lado no habría tomado la decisión de crecer,
Y fue por ti por lo que decidí seguir por este camino.