martes, 2 de diciembre de 2008

Las ratas no tienen alas

El video que presento en esta entrada fue filmado allá por la década de los 90. Yo conocí esta canción en el 2003, año exacto en el que mi mente se abrió a nuevos horizontes. Para mí, antes de ese año, vivía en el mejor país del mundo, México. Ese año conocí Sudamérica, y debo aceptar que estaba equivocado, pues aunque como México no hay dos y seguirá siendo para mí el mejor país en el que pude haber vivido, tiene todavía mucho potencial que no podrá ser explotado. El quién tiene la culpa de ello no es tan evidente, pues solemos pensar que dicha persona tiene un solo nombre. Hoy he perdido la cuenta de la cantidad de nombres que tiene, pero sé que excede de los cien millones.
Las ratas no tienen alas es una canción del grupo Jaguares. No sé, pero supongo, fue escrita por su vocalista Saúl Hernández. Tampoco conozco en si su popularidad, pero creo firmemente que llegaría a ser considerado un himno en contra de la terrible situación que el país sufre: corrupción, narcotráfico, asesinatos, crimen organizado, fuga de capital humano y económico, fraude, conquista extranjera... en fin... qué puedo decir del país donde nací y crecí y hoy no encuentro respuesta a cómo permitimos todos estos abusos. Esta canción me hace darme cuenta que aún existen mexicanos emprededores de una cruzada para resolver el país.
El video aquí presentado habla de la libertad de expresión. En algún sitio leí que México es el país con más crímenes a periodistas. Es el país donde alegamos cada 2 de octubre: No se olvida. Tenemos una historia rodeada de eventos miserables. No sé si la historia de nuestro país está jodida porque la conquista la hicieron los pueblos autóctonos que repudiaban a los mexicas mientras que la independencia la hicieron los mismo españoles al huir del yugo de los Bonaparte. Aún me es incierto si Agustín de Iturbide se convirtió en insurgente para reclamar la corona del imperio o si su alteza serenísima Antonio López de Santa Anna realmente pretendía regalar la mitad de nuestro territorio mientras se enriquecía explotando al pueblo. Aún no sé si es real, o una vil mentira, que Benito Juárez fue el pastorcito que se convirtió en presidente, o es más creíble que perseguía a los pueblos indígenas. Y no me queda claro si Porfirio Díaz se reveló a Juárez para mejorar la situación política del país.
Y por si fuera poco, peleamos una revolución sangrienta sólo para darnos cuenta que seguíamos dominados por la misma suciedad. Setenta años del PRI lo demostraron con el 68, un episodio que no se olvida, pero que repetimos con los llamados halcones en el 72. O la caída del sistema electoral en el 88 que hizo que el presidente fuera Salinas, mismo sistema que eliminó a Colosio por ser el candidato incómodo, mismo sistema que hundió al país en una crisis en el 94. O peor aún, el surgimiento del hijo indeseado, un aberrante clon al que llamaron PRD, pero que se formó de PRIistas recentidos que no pudieron agarrar hueso, mismos que originaron el mencionado fraude del 88, y que hoy alegan que hubo fraude en las elecciones del 2006, pero no en sus elecciones internas.
Aún no me queda claro si Las ratas no tienen alas es un llamado a la conciencia del mexicano a dejar de permitir estos abusos o simplemente una crítica política. Sólo puedo decir que varias versiones la sustentan como un himno a la lucha. Versiones que incluyen frases como Acuérdate del racismo, acuérdate de la discriminación, acuérdate del 68, acuérdate de los niños que se mueren de hambre y de frío, acuérdate que tu raza, tienes alas y eres libre.
Y en un blog llamado Todos tenemos alas, suena contradictorio mencionar que las ratas no las tienen. La realidad es que aún no he descubierto si las personas tenemos alas, y al convertirnos en ratas las sacrificamos, o si nos convertimos en ratas porque decidimos dejas de volar. Lo que si puedo asegurar es que las ratas no saben volar, sus logros son meros robos sin ningún valor (ético, moral, social), sin ningún mérito propio. Una persona que sabe volar, lucha por cumplir su sueño. Una persona que no sabe volar se convierte en rata. Espero lector que tú tengas alas.

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